En esta ocasión, vamos a hablaros de una empresa familiar dedicada a la elaboración artesanal de embutidos desde el año 1852. Esta empresa de Vic lleva más de un siglo y medio elaborando salchichones. Favorito de Alfonso XIII, hoy goza de fama internacional y ha recibido el galardón Coq d'Or. En efecto, os hablamos de Casa Riera Ordeix.
Logo de Casa Riera Ordeix. |
En la comarca barcelonesa de Osona, la localidad de Vic, arrastra una larga tradición chacinera desde tiempos inmemoriales. Esta población, de clima privilegiado donde se juntan las corrientes suaves y frías de montaña con el aire húmedo del Mediterráneo, rezuma historias sobre un rico embutido: el salchichón, cuya fama llegó a oídos de la realeza. Cuando el rey Alfonso XIII iba a la ciudad visitaba, tras pasar por la catedral, la fábrica de Casa Riera Ordeix. Esta firma, fundada en 1852 por Josep Riera Font, lleva más de un siglo y medio desarrollando el mismo sistema artesanal para crear un producto con un sabor que se mantiene idéntico al que tenía en el siglo XIX. "Nuestro secreto es que conservamos la tradición en la elaboración, con la misma materia prima e igual método que se usaba para elaborarlo hace 162 años", revela Joaquim Comella Riera, al frente de la compañía y sexta generación de una saga dedicada a la elaboración de los embutidos.
Salchichón. |
Para preparar el salchichón sólo se usan ingredientes naturales que seleccionan los maestros chacineros y que proceden de granjas propias: carne de cerdo de las partes nobles de la hembra, "cuya carne está más hecha, es más consistente y tiene más color que la del macho", aclara Comella. Esta materia prima se pica y se amasa junto con dados de panceta y se adereza con sal marina y pimienta en grano y molida que otorga al salchichón su toque particular. "No lleva colorantes ni aditivos artificiales", matiza. Después, se deja reposar un mínimo de 48 horas, se embute en tripa natural y se ata. Ya está listo para pasar a la fase de secado, uno de los procesos más distintivos de Casa Riera Ordeix.
Durante esta etapa, el manjar de Vic madura en los secaderos naturales que hay en la planta superior del emblemático edificio donde está instalada la fábrica. En este espacio de vigas de madera cuelga durante un periodo de entre tres y seis meses. Un tiempo en el que la pieza se va secando gracias a la tradicional técnica de abrir y cerrar ventanas, bajo unos parámetros de temperatura y humedad muy controlados. Además, a lo largo del proceso, los embutidos se descuelgan dos o tres veces para cepillarlos. "Esta curación tan lenta e irregular depende de las condiciones atmosféricas, pero aporta al producto un bouquet diferente y único", explica Comella desde la fábrica, un espacio donde se elaboran 70.000 kilos anuales de salchichón, que equivalen a unas 90.000 piezas.
Su aroma inconfundible y el sabor tan exquisito hicieron que en diciembre de 2001 se reconociera a este producto de Casa Riera Ordeix con el distintivo de Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.), un sello de validez europea que garantiza la calidad del producto y certifica su elaboración exclusiva en una zona determinada. Su fama ha traspasado fronteras, como se demostró el año 2014, cuando la prestigiosa guía gastronómica francesa Le Guide des Gourmands otorgó a Casa Riera Ordeix el premio Coq d’Or 2015, el galardón de más renombre en el sector de la alimentación europea.
Nos despedimos por esta vez y esperamos leernos pronto en la próxima entrada.
¡Un saludo!
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